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13 El agua ¡¡Historia del agua en Canarias!! parte ll

Siguiendo con la historia del agua, te recuerdo que la cal que viene en el agua la podemos tratar para que no sea perjudicial para los circuitos de agua y nuestros electrodomésticos relacionados con ella.

Lógicamente si lo hacemos con el sistema correcto para poder AHORRAR, con todas la letras en mayúsculas, porque cuando hablo de ahorro hablo no sólo del agua, hablo de, ahorro eléctrico, ahorro de sustitución de equipos, ahorro de meteriales para esa sustitución, ahorro de mano de obra, etc.

Y lo que es más importante aún, el ahorro de productos de llimpieza que llevan químicos y al ahorrar en esto, ponemos nuestro granito de arena para el cuidado del medio ambiente, que por culpa nuestra ( Nuestra = Nosotros, es la definición de Humanos) ya está muy deteriorado y si no hacemos nada muy pronto nos quedaremos sin planeta y nos tendremos que ir a vivir a la luna, Los que podamos, el resto se quedará aquí y morirán sufriendo por culpa de todos.

Y cuando digo todos es todos, no sé si hay un 1% de personas que hace algo para remediar la cagada que venimos haciendo desde hace muchos años los seres humanos, en pocas palabras somos unos destructores, porque aunque yo me lo paso recogiendo plásticos y otros elementos que tiran en la playa o en el mar y llegan a nuestras playas soy tan culpable como todos los demás.

En fin, espero que hagamos algo para cuidar lo que algunos de nuestros antepasados crearon con tanto ahínco e ilusión para que pudieramos sobrevivir sin que nos faltra el agua. y ya me volví a enrrollar como una persiana, mejor sigamos con la historia del agua parte ll – Copio y pego para no poner mis palabras, porque no sé si te dije que esta historia es de D. Francicsco Suárez Moreno. Autor intelectual de la misma.

II. LA PROPIEDAD Y GESTIÓN DEL AGUA:
HEREDAMIENTOS Y ESTRATEGIAS DE MEDIDAS Y DISTRIBUCIÓN

El régimen de propiedad y gestión histórica quizás sea la primera singularidad de la cultura del agua en el archipiélago. Hasta la aprobación, en 1987, de la primera y conflictiva Ley de Aguas de la Comunidad Autónoma de Canarias, la mayor parte de las captaciones de aguas manantes, pluviales o subterráneas eran de una propiedad privada, casi siempre estructurada en heredamientos y comunidades de regantes.


1.- HEREDAMIENTOS Y COMUNIDADES DE REGANTES

Las heredades o heredamientos de aguas nacieron en los repartimientos de aguas y tierras realizados tras la Conquista. El agua que nacía desde las cumbres quedó vinculada a las tierras bajas. Los caudales, una vez abastecida las necesidades de la población, se encauzaron hacia las plantaciones de cañadulce con sus ingenios, poblamientos cercanos y molinos de agua, así
como hacia los sembrados de granos, hortalizas y frutales. La tierra y el agua iban juntas cuando su propiedad comenzó a ser traspasada de padres a hijos o de propietario a propietario por compra-venta. Cada trozo de tierra tenía su proporción de agua de una acequia. Y es que las aguas de cada barranco o cuenca hidrográfica se canalizaba a través de la acequia principal de cada
heredamiento y las ramificaciones secundarias.


Pero según avanzaban los primeros siglos de la Colonización, las ordenanzas municipales de las tres islas realengas que regulaban dichos heredamientos o heredades, se adaptaron a una progresiva privatización del agua. Las proporciones de agua de los heredamientos quedaron como mercancía libre porque la propiedad del agua se fue transmitiendo (por ventas, herencias, donaciones…) separadamente de la tierra a la que en un principio estuvo vinculada.

E incluso se conformó una especie de justicia privativa del agua amparada en las ordenanzas municipales que recogían la figura de un alcalde de aguas, en cada heredamiento principal, para dirimir los muchos conflictos que se generaban.


Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, con la nueva legislación estatal del agua, las antiguas heredades se transformaron en comunidades de regantes. Y se crearon otras nuevas comunidades, pues la demanda de agua para los nuevos cultivos (cañadulce, plátanos y tomates) determinó la búsqueda de nuevos recursos hídricos con capitales privados en la perforación de pozos y galerías o con la construcción de presas.


Entre las heredades destacamos por su historia la más antigua, la de Las Palmas, Dragonal, Bucio y Briviesca que agrupaba seis heredamientos (Vegueta, Triana, Fuente de los Morales, Dragonal, Bucio y Briviesca), desde los primeros años de la colonización con la primera gran obra hidráulica de trasvase en Canarias, la Mina de Tejeda; al heredamiento del valle de La Orotava, en
Tenerife que gestionaba el gran Río de Taoro; la Heredad de la Vega Mayor de Telde, que disfrutaba las aguas que nacían desde Valsequillo, la Heredad de Arucas-Firgas (ambas un paradigma de la historia del agua y sus ingenierías), además de otras también con mucha tradición e historia y un interesante patrimonio hidráulico de acequias, albercones, cantoneras… así como de un valioso patrimonio documental.

2.- GESTIÓN, DISTRIBUCIÓN Y MEDIDAS HIDRÁULICAS TRADICIONALES


El agua de cada heredad se repartía a través de las acequias por turnos, denominados dulas, cuya cantidad proporcional a cada partícipe dependía del volumen principal que discurría en cada momento, llamado gruesa de agua.


Para ello estaba un oficial repartidor con diversas denominaciones por islas o comarcas (vigilante, acequiero, ranchero…). Destacan en Canarias por su cantidad de agua, entre otras, las gruesas de Marcos y Cordero, en La Palma; el Río de Taoro, en La Orotava, Tenerife; y, la Mina de Tejeda y Las Madres de Firgas, en Gran Canaria…


El principal caudal, la gruesa, avanza por la acequia matriz o acequia real y comienza a ramificarse. Para la distribución adecuada a cada partícipe de su turno o dula se conformó un sistema de medida temporal (día, hora y minuto) que, según su caudal o zona geográfica, tenía y tiene aún diversas denominaciones: azada, cuarta, surco, paja, hilo de agua, pipa, etc.

En Gran Canaria se mantiene la azada, medida de volumen (el acumulado a lo largo de 12 horas por un caudal) o de fluidez, variable según las zonas, entre los 9-10 litros por segundo.

En Tenerife y las islas occidentales se ha mantenido la unidad de la pipa (480 litros). Para medir con precisión la salida del agua hacia varios puntos se inventaron en Canarias unas obras de fábricas singulares denominadas cantoneras, pesadores de agua o cajas de agua.

CHORRO DE AGUA DE UNA AZADA DE 9-10 LITROS POR
SEG
UNDO, SALIENDO POR LA TRONERA DE UNA CANTONERA
(ARUCAS, GRAN CANARIA).

3.- ACEQUIAS, CANALES, TAGEAS…
Las acequias canarias son excavaciones reforzadas con muros de piedra o con obra de fábrica en mampostería ordinaria. Para su trazado hubo que, desde muy antiguo, salvar la orografía más complicada, mediante túneles o excavaciones a cielo abierto en la roca,

Con canales de madera o con sillares de cantería, entre otras estrategias, las que, en algunos casos, constituyen verdaderos acueductos sobre arcadas de piedra; es el caso, entre otros, el trazado espectacular, construido por el Condado de la Vega Grande en el barranco de Fataga (Maspalomas, Gran Canaria),

Las arcadas del Barranco de Santos (Tenerife) o el a acueducto de Los Siete Ojos en el Barranco de Tafuriaste (Tenerife); y, ya en el siglo XX, encontramos sifones con obra de fábrica y tubos con trayectoria de U, capaces de soportar presión de varias atmósferas bien hechos de hierro (en principio importados de Inglaterra y luego fundidos en los talleres insulares)

O de cemento como los construidos en la fábrica de míster Leacock, instalada en El Agujero (costa de Gáldar, Gran Canaria), cuyo material se exportó a todas las islas.

Aparte acueductos y sifones las acequias principales disponen, a lo largo de su recorrido, de quebraderos con o sin cantoneras para desvíos a otras acequias secundarias; de aliviaderos o rebosaderos para evitar que un desbordamiento.

Las acequias principales disponen, a lo largo de su recorrido, de quebraderos para desvíos a otras acequias secundarias; aliviaderos o rebosaderos para evitar que un desbordamiento las destroce; decantadores para retener los sedimentos
y filtros en forma de rejas.

Las acequias de dimensiones reducidas se denominan también tageas o artageas, como las excavadas en la toba blanca de la falda sur del Teide, por Arico y Granadilla, de las más espectaculares existentes.

Las acequias históricas de la zonas húmedas son numerosas, algunas kilométricas en su descenso desde la cumbre hasta la costa, como es el caso de la acequia de la heredades de la Mina de Tejeda.

ARRIBA IZQUIERA: ACUEDUCTO DEL CONDE, BARRANCO DE FATAGA-MASPALOMAS EN EL SUR DE GRAN
CANARIA. DERECHA: TÚNEL-CANAL DE LOS MIL, TENERIFE (FOTG. FCO. MEDINA).
ABAJO IZQUIERDA. DETALLE DE LAS ARCADAS ACUEDUCTO DEL CONDE, FATAGA (FOTG. FCO. SUAREZ).
DERECHA: TAGEA DE TOBA VOLCÁNICA, EN EL SUR DE TENERIFE (FOTG. RAFA GÓMEZ)

4.- MEDIDORES, AFORÍMETROS DEL AGUA
La distribución del agua por las acequias hasta los terrenos de cada partícipe requería de una serie de puntos de distribución o de reparto con precisión milimétrica. Para ello se introdujo desde Madeira, en los primeros años de la Colonización, una curiosa obra de fábrica, un medidor-distribuidor denominado caja de agua, arquilla, tronera o cantonera…

Esta curiosa arquitectura hidráulica adquiere plena identidad hacia el siglo XVIII, cuando los fraccionamientos de los partícipes se acentúan y se requiere una mayor precisión en los repartos. Así se van construyendo verdaderas obras, algunas de madera pero casi todas de albañilería con o sin cantería noble de cada lugar, que hoy son preciados bienes patrimoniales.

Las cantoneras o pesadores más comunes constan de dos o más estanques de pequeñas dimensiones intercomunicados por el fondo, con los más variados diseños arquitectónicos. El primer recipiente recibe el agua de la acequia, que pasa ya remansada al siguiente recipiente, el cual posee en sus muros laterales varias bocas o troneras hacia el exterior. En estas unas regletas graduadas marcan la medida de salida del agua. En Gran Canaria los catálogos etnográficos contabilizan un total aproximado de medio millar, tanto a cielo abierto como dentro de habitáculos (las casillas del agua). Estas se construyeron para asegurar el reparto y la medida del agua ante los hurtos. El 80% de las mismas están en la zona de barlovento.

Son muchas las cantoneras que aún quedan, sobre todo en el norte de Gran Canaria. Quizás alcancen el rango de paradigma de la arquitectura hidráulica las cantoneras y casillas del agua construidas a lo largo de las acequias de la Heredad de Arucas-Firgas, realizadas con la emblemática cantería azul de Arucas.

Pero hoy las modernas llaves de distribución, en las nuevas redes de tubos de plástico que sustituyen la infraestructura tradicional, han puesto en desuso tanto las acequias como las cantoneras. Es un patrimonio cultural en peligro.

5.- CONTENIDOS DIDÁCTICOS

En el plano de los contenidos didácticos relacionados con este capítulo para escuelas e institutos, junto a los del estudio del medio natural e histórico para niveles inferiores y superiores, que son muchos y dependiendo de cada lugar, los heredamientos, las acequias, los canales y demás obras hidráulicas son importantes centros de interés para el estudio geográfico, histórico y
etnográfico de una zona mediante sencillos trabajos de investigación, en todos los niveles educativos y en todas las áreas de conocimiento

(Conocimiento del Medio, Ciencias de Naturaleza, Geográfica Física y Humana, Lengua y Literatura, Tecnología…); incluso en las Enseñanzas Artísticas (Dibujo, Pintura, Fotografía…)

De igual importancia son los recursos que ofrecen las arquitecturas hidráulicas tanto del almacenamiento-regulación como del transporte y distribución tradicional del agua, en el campo conceptual y práctico de la Física; tales como la presión, fuerza, energía, etc. Si nos centramos en las cantoneras y medidores de agua encontramos conceptos y procedimientos aplicados a
principios de la Mecánica de Fluidos:

A. El Principio o Ecuación de Bernuille, sobre comportamiento de un flujo de agua por un tubo desde el fondo de un tanque a otro, para amansar el agua en una o dos tanquetas y

B. La aplicación inmediata del Teorema de Torricelli, para calcular con precisión el caudal deseado de salida del agua por una boca o tronera.

Nuestros maestros de aguas de siglos atrás, sin ser ingenieros, aplicaban por la experiencia, leyes fundamentales de Hidrodinámica; porque, las cantoneras constan de varias tanquetas comunicadas por el fondo para amansar el agua y
distribuirla adecuadamente.

En sus bocas de salida, con un ancho estudiado y alcanzado el nivel del agua una misma altura conseguían el caudal de salida deseado, según la medida del fluido en cada lugar; porque, según el Teorema de Torricelli, el caudal de salida (con el agua ya amansada) se podrá evaluar tan solo con la medición de la altura del agua. Esta cantonera que ofrecemos aquí, sencilla y poco trabajada, pero de precisa media, saca por su tronera principal una azada de 10 litros por segundo y con las secundarias sus fracciones, según medidas de La Aldea de San Nicolás

ARRIBA: CANTONERA DE GRAN CANARIA Y APLICACIÓN DE PRINCIPIOS DE HIDRODINÁMICA.
ABAJO: ACUARELA DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XIX. CANTONERA DE MADERA. TENERIFE.
ARCHIVO HISTÓRICO DE SANTA CRUZ DE TENERIFE
MODELOS DIFERENTES DE MEDIDORES DEL AGUA
ARRIBA: AFORÍMETRO DEL AGUA EN TENERIFE EN OBRA DE FÁBRICA (FCO. M. HERNÁNDEZ MARTÍN).
ABAJO: CANTONERAS DE ARUCAS-FIRGAS, EN CANTERÍA NOBLE

EDIFICIO DE LA HEREDAD DE ARUCAS-FIRGAS.

EN PRIMER PLANO, LA CANTONERA REAL EN EL CENTRO DE ARUCAS